Iker Casillas y Sara Carbonero: el declive económico de la pareja
El mostoleño está viviendo una segunda etapa profesional como guardián de la portería del Oporto. A tan solo un punto del líder de la liga portuguesa, el Benfica, Iker es uno de los menos goleados de Europa y sus paradas han vuelto a copar la primera plana de los medios. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Los negocios del guardameta están sufriendo un serio declive. Su mujer, Sara Carbonero, tampoco vuela en los negocios.
Abandonar el Real Madrid para marcharse a jugar a una liga menor y desaparecer de la Selección Española son algunos de los factores que han repercutido en los menores beneficios económicos de Casillas, según señala el último informe presentado ante el Registro Mercantil y destapado por Diario Gol.
El declive económico del futbolista se sustancia en el descenso de ventas de su empresa, Ikerca SL, dedicada a la compra y venta de solares, inmuebles, viviendas y locales comerciales e industriales. La compañía, cuyo domicilio social está situado en el municipio madrileño de Boadilla del Monte, redujo en el año 2015 su cifra de negocios de 4,27 millones de euros a 2,9 millones. Además, el activo corriente pasó de de 7,8 millones a 5,2 millones en tan solo un año.
Ikerca SL fue creada en el año 2.000, cuando el portero tenía 19 años. Iker contó con la colaboración de sus padres, José Luis Casillas y María del Carmen Fernández, quienes tenían poderes sobre la firma, aunque la gestionaba su madre. Ellos estuvieron en la compañía hasta el 17 de enero de 2014, momento en el que el capitán del Madrid decidió revocarlos, originando así un conflicto familiar.
En la actualidad, el patrimonio neto de la empresa es de 12,8 millones de euros, si bien es cierto que la deuda a largo plazo que mantiene, cifrada en 10,5 millones de euros, es significativa.
No es el único negocio de Iker. El marido de la periodusta toledana tiene una marca de ropa bajo el sello 1K, cuyos productos pueden adquirirse a través de Iker Casillas World. Según asegura el mismo medio deportivo, las ventas de esta compañía también van a la baja.
A Sara no le va mucho mejor. La presentadora naufraga en el negocio del textil con Slow Love SL, que se encuentra en números rojos. Además, su otra firma, Recuerdos de Sudáfrica SL, creada para gestionar sus activos publicitarios, también ha sufrido un gran descenso, asegura el mismo portal.
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