La Reina de España cambia los Goya por esquiar con su marido y sus hijas
Los Reyes siguieron los Goya en el televisor de su habitación del Hotel Villa Real Anayet, lugar en el que pernoctaron el sábado. O tal vez ni los vieron porque había que madrugar para disfrutar de un día de nieve con sus hijas. El citado establecimiento está Canfranc, en Huesca, donde el temporal que azota España ha dado este domingo una tregua que permitía apenas disfrutar de las pistas. Doña Letizia ha aprendido a esquiar, afición que no le entusiasmaba en los primeros años de casada. La princesa Leonor y su hermana la infanta Sofía son ya unas expertas, capaces de seguir a un number one, como su padre, don Felipe. Los Reyes y sus hijas llegaron a Huesca el sábado por la mañana. Al mediodía, se fueron a comer al restaurante Las tres ranas, según adelantaba El Heraldo.
Reprochar a los Reyes que cambiaran su cita con la noche de cine español por una jornada blanca con sus hijas es no entender el valor de un fin de semana con los hijos. Ser padres, y buenos padres, es aprovechar el tiempo para disfrutar con la familia. Y de lo que no cabe duda es de que el monarca y su mujer son cinéfilos a tenor de las veces que les hemos pillado yendo a ver películas.
Tal vez éste no ha sido el mejor domingo para gozar con el sol en la nieve en las pistas de Astun pero, en palabras del Rey, "la nieve estaba buena", según comentó Su Majestad a los periodistas. La estación situada en el término municipal de Jaca sufre, como todo el país, las inclemencias del mal tiempo pero no tan malo como para renunciar a hacer deporte, uno de los favoritos de los Borbones junto con la vela, no así para la Reina, al menos hasta hace poco. Pero parece que ha aprendido porque testigos presenciales la han visto desenvolverse con habilidad. Es la primera vez que vemos a Sofía y Leonor esquiando, aunque se sabía que dominan la técnica.
Como anécdota, el momento divertido en el que doña Letizia, no tan experta como el Rey, se apresura a bajar la barra protectora del telesilla y, ¡oops!: golpea levemente la barra contra el casco de su marido, mucho más alto. Por fortuna, el metal golpea contra el casco de Su Majestad quien, a continuación, regala una sonrisa y un saludo a las cámaras y a los curiosos.
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