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El día que Rakel dio una lección a 'Top Chef'… y el desastre que vino después

Rakel demostró lo que vale en solitario, pero luego no acertó en la composición de equipos de Top Chef. 


Los aspirantes a Top Chef tuvieron que vérselas esta semana con el producto en sus dos caras, envasado y fresco, porque así es como los consumidores suelen encontrarlos. Pero todo, ojo, fuera de la despensa de Top Chef, que en esta ocasión estaba vacía, para obligarles a pelearse en el supermercado. ¿Se creían que iba a ser fácil?
De modo que como en aquel Supermarket que hace ya décadas presentase Enrique Simón (¿se acuerdan?) los chefs recorrieron a contrarreloj el Lidl a la busca de sus ingredientes, so pena de quedarse sin cocinar en esta edición. Por cierto que Filippetti, que la semana pasada fue uno de los protagonistas al salvarse de milagro, fue el primero en terminar. El argentino parece haber espabilado.
La dificultad añadida es que Chicote cambió de mesa a todos los chefs, obligándoles a cocinar la cesta del participante de su izquierda. Parálisis total en las caras de los cocineros, obligados a trabajar con los ingredientes de otro. Se masca alguna tragedia.
Mucho nitrógeno, sopletes y prisas, muchas prisas.. Pero no hubo suerte ni demasiado brillo. A Rosa le tocó la papeleta de cocinar los productos de Filippetti, una crema de mascarpone y mango sobre un crujiente de frutos secos. Un simple postre, en definitiva. El de Richard tampoco triunfó: simple y feo, parecía una ensalada desvirtuada, como tampoco Montoro, un simple sándwich de morcilla.
La inmunidad estaba en juego, pero también la decisión de enviar a algún compañero a la prueba final. Un pase directo a la prueba de eliminación, si quieren, en la que no vale un simple san Jacobo. Muchos lo pagaron caro... pero no Rakel, con su crema de boquerón y maíz: la jovencísima chef está empezando a despegar, y lo demostró en esta primera prueba haciéndose con el primer brazalete. La chef propietaria del Karak (Valencia) se va desprendiendo de su inseguridad para ponerse de cabeza entre los favoritos para la final.
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La segunda prueba de Top Chef | Atresmedia
Del envasado al fresco, con una segunda prueba en Mendavia, en la huerta navarra, consistente en dos platos, uno frío y otro caliente, de verduras y hortalizas para veinte hortelanos expertos en la materia. El chef navarro Floren Domezáin, propietario del restaurante que lleva su nombre en Madrid y verdadero experto en verduras, valoró los menús de los dos equipos.
Como siempre, la ganadora Rakel conformó dos equipos. Es el, momento en el que cada uno juega sus cartas y muestra su estrategia, y la valenciana conformó un equipo naranja con mayor sintonía (donde ella misma se integró) y otro, el gris, con elementos desestabilizadores… como –ejem- Filippetti. Rakel pudo haber cometido entonces el primer error. ¿El marrón de esta ocasión? Enviar a uno de los integrantes del naranja a la última oportunidad: el elegido fue Manu, del Arume en Barcelona.
Y es que el equipo de Montoro supo, sorprendentemente, acatar mejor las órdenes que el naranja. El gran error de Rakel fue prejuzgar que muchas de esas fuertes personalidades, incluyendo Filippetti, no se iban a comportar de maravilla jugando en un equipo. De modo que el equipo naranja de Víctor y Rakel lo hizo peor desde el principio, sin que ninguno de los dos dirigiera la situación y con algunos contratiempos adicionales: Marcano, encargado de llevar las verduras del huerto a la mesa, sufrió un lumbago que los retrasó aún más. Los nervios y la improvisación fueron constantes en los naranjas y el desastre no se hizo esperar.
Víctor, siempre sobrado, recibió una lección de humildad al no saber dirigido el equipo, y Rakel tuvo también que comerse sus palabras: el fracaso de los naranja fue absoluto y ni siquiera presentaron uno de los dos platos, unos siempre complicados cardos. Ninguno de ellos supo, en todo caso, pensar en el bien común y acabaron de cabeza en la tercera y última prueba eliminatoria.
Cocina de aprovechamiento: cocinar un conejo con las sobras de la despensa. Por fin, un guiso fuerte tras muchos platos demasiado descargados. No lo tuvieron fácil los jueces, puesto que todos los platos estaban igualados. Desgraciadamente, Melissa, precisamente el único apoyo de Rakel en el programa, no supo sacar partido al guiso y tuvo que escuchar la ya célebre frase de Chicote: "Coge tus cuchillos y vete". La despedida, lacrimógena a más no poder, subió el nivel de emotividad del programa. "No he demostrado que soy buena cocinera, podía hacerlo mucho mejor", se lamentó.
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Melissa, fuera de Top Chef | Atresmedia

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