Una modelo decide convertir los restos de sus labios vaginales en un colgante con purpurina

De la forma en que está construida nuestra mente existen partes destinadas a reafirmar nuestra identidad y crear unas serie de signos identificativos de que y quienes somos como personas. Dichas partes almacenan recuerdos de dos formas distintas: directamente o mediante la asociación. Las personas asociamos significados, ideas y recuerdos en objetos cotidianos: el tique de un concierto nos recuerda que fuimos y nos gustó; el papel de envolver de un regalo nos rememora el momento en que lo recibimos; el frasco de un perfume agotado nos evoca al olor que tenía y como nos sentíamos con él, etc.

Normalmente somos nosotros, en base a nuestro carácter y nuestras afinidades, quienes decidimos de forma inconsciente darle significado a este o aquel objeto, en aras de rememorar con el tiempo lo que nos importaba. Sin embargo, algunas veces las personas deciden otorgarle significados a cosas de forma consciente, con premeditación e intención y es en estos casos cuando la cosa puede trascender de lo surrealista y volverse una verdadera locura. Como informa ‘The Mirror’, este es el caso de una modelo de 29 años conocida como Tracy Kiss. Tracy decidió someterse a una operación estética para mejorar el aspecto de su vagina. Para hacerlo tuvieron que removerle los labios vaginales, y el asunto hubiese podido acabar perfectamente ahí, pero no.

Para Tracy la operación tenía un significado especial y quería recordarlo siempre, así que decidió conservar en un pote la parte sobrante de su operación.  No era la primera vez que mostraba ese peculiar interés de coleccionista: en su haber, la modelo tenía también varios de sus mechones de pelo; sus dientes de leche; y sus implantes de silicona. No obstante, lo que hizo con los restos de sus labios vaginales va mucho más allá: después de que se volvieran grises por culpa del líquido que usaba para conservarlos, Tracy decidió que podía crear una especie de obra de arte con ellos.

«Como con el tiempo los trozos empezaron a descolorarse de rosa a gris pálido, se arrugaron en el fluido médico y se volvieron curvos, decidí hacer con ellos algo como un trofeo, como un accesorio de Halloween por lo que investigué formas efectivas para poder hacerlo y preservarlos». Así, los sacó del bote donde los conservaba y, tras practicar con materiales de joyería y dominarlo, los convirtió en un colgante. Le añadió diversos materiales con la intención de darle textura i le dio acabados con purpurina, para destacarlo aún más. Al final, después de compartir y explicar el proceso, Tracy sentenciaba: «Mis labios vaginales se han preservado perfectamente, son coloridos, brillantes y muy vivos y marcan el fin de mi sufrimiento; un paso más cerca de tirar abajo el tabú de la circuncisión femenina a través de una pieza única de joyería echa a medida para mí».

Al final, tras una buena capa de pintura, purpurina y silicona los labios vaginales de Tracy se han convertido en un colgante | THE MIRROR