Antonio Banderas desvela emocionado cómo fue su peor susto: "Sufrí un infarto el 26 de enero"
"No ha dejado daños en la 'patata', como dice mi hermano", explica el actor malagueño, a sus 56 años, para tranquilizar a sus fans. "Me sometí a una intervención en la que se me implantaron tres stents en las arterias coronarias", asegura. Dice que le metió "una paliza importante a la 'patata' en los últimos 37 años".
Asegura que ahora está bien pero durante la rueda de prensa donde ha desvelado que sufrió un infarto hace ahora justo dos meses, ha habido un momento en el que la emoción ha traspasado el poder de la palabra: ha sido cuando ha dicho que ahora quiere parar, y ha precisado que lo quiere hacer en su tierra, para cumplir lo que dicen unos versos de Manuel Alcántara que ha grabado en una pared de la terraza de su casa en Málaga y que ha recitado el actor. "A la sombra de una barca me quiero tumbar un día y echarme todo a la espalda y soñar con la alegría", ha dicho. En ese momento, a Banderas se le ha roto la voz por la emoción.
Desde este sábado suma a su Goya Honorífico la Biznaga de Oro, también honorífica, en el Festival de Cine de su querida tierra. En la rueda de prensa ha sido claro sobre su estado de salud: "Sufrí un ataque al corazón el 26 de enero, pero tuve mucha suerte, fue benigno", aclarró.
"Me sometí a una intervención en la que se me implantaron tres stents en las arterias coronarias y, como sufría arritmias desde hace tiempo, motu proprio me sometí a una termoablación, pero no ha sido tan dramático como se ha escrito", tranquiliza el protagonista de El Zorro.
Asegura que se encuentra "muy bien" y que tiene "ganas de volver a trabajar". La nostalgia y el lugar le han hecho evocar sus inicios: "Todo empezó a quince metros de aquí, en el Teatro Romano de Málaga, donde en los años 70 empecé a trabajar como actor", recordaba. "Venía vestido de romano en un Vespino", ha recordado Antonio.
Sobre su desembarco en Hollywood para protagonizar Los reyes del mambo, repitió una vez más que se alojaba en un hotel de Nueva York y que, como no hablaba inglés, no se atrevía a llamar al servicio de habitaciones. "Debajo del hotel había una tienda de ultramarinos donde trabajaba uno que se llamaba Rodríguez. Le buscaba, le pedía mortadela y me comía un sandwich", ha contado.
También ha hablado de Almodóvar, alguien a quien dice que le debe "muchísimo", pero a quien define como un director "muy duro, con el que es muy complicado trabajar" porque un rodaje se convierte "en una especie de infierno creativo".
Sobre el nuevo y controvertido presidente del país en el que ha residido durante años, dice que "Donald Trump es un daño para Hollywood", y afirma que "resulta difícil pensar que va a permanecer cuatro años en el poder", reflexiona el actor. "Lo que da un poco de miedo es por qué la gente lo ha elegido, es un tema más complejo, de un desencanto general en el mundo con la política tradicional", ha añadido Banderas. Ha reconocido que durante años fue un workalcoholic (adicto al trabajo) y que "no podía parar, como con las palomitas de maíz".
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