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Marisa Jara: "Llegué a vomitar 10 veces al día y me quemé el esófago"

Es una de las modelos 'curvy' más populares del momento, pero no todo ha sido un camino de rosas para ella. Marisa Jara ha publicado un libro en el que narra su dura lucha contra la bulimia: "Llegué a tener el esófago quemado de vomitar tanto".
La suya es una historia difícil pero con final feliz, una historia de superación que puede ayudar a muchas que ahora pasan lo que ella ya dejó atrás: la bulimia. Marisa Jara (37) publica La talla o la vida, donde desvela cómo fue su lucha contra la enfermedad que casi le cuesta la vida: "Empecé con algún pequeño episodio, una vez cada dos o tres meses, pero a partir de los 30 empezó a ser algo diario. Ahí me dí cuenta de que tenía un problema".
Asegura que el mundo del modelaje puede ser muy exigente: "Empecé con 16 años en Japón y todos los días te pesaban, no podías engordar ni un solo kilo, con dos más empezaban a cancelarte trabajos. Eso hace que te baje la autoestima y pierdas el control", ha confesado la modelo en Semana.
Algunas de sus compañeras y agentes de moda tampoco se lo pusieron fácil: "Me llamaban gordita y era muy duro. Iba a un casting y decían: '¿Esta qué hace aquí si está como una vaca?' o '¿Esta gorda también quiere ser modelo?'. Unos insultos a los que ella estaba más que acostumbrada: "En el colegio sufrí bullying. Era muy grande, destacaba, y los niños eran muy crueles conmigo", ha desvelado en Lecturas.
Finalmente, Marisa tuvo que ser ingresada: "Comes y luego vomitas para no engordar. Llegué a vomitar hasta 10 veces al día e ingresé con el esófago quemado. Se me caían el pelo y las uñas. Fueron tres años muy duros, sufrí varias recaídas, a día de hoy sigo en contacto con mi psiquiatra y mi nutricionista. Sé que puedo recaer y necesito alguien que me coja la mano".
A pesar de todo, ahora vuelve a ser feliz y se ha convertido en una de las modelos 'curvy' nacionales más populares: "Tengo agencia en Estados Unidos e Inglaterra, tengo mucho trabajo y me apasiona. Ahora más, porque en mi último desfile en Milán había catering y me comí un bocadillo de tortilla antes de desfilar jajajaja".

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