Esperanza Aguirre 'llora' su dimisión en el campo de golf
Es una de sus grandes pasiones junto con la política. Por eso, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid acudió a un exclusivo campo de golf para recuperar la calma un día después de anunciar su dimisión tras la imputación y detención de Ignacio González.
Martes, exclusivo Club de Golf de Puerta de Hierro, Madrid. Esperanza Aguirre, que acaba de renunciar a todos sus cargos públicos tras la imputación de Ignacio González en la Operación Lezo, llega vestida con ropa deportiva, gorra para protegerse del sol y su bolsa de palos para dar unos golpes. Poco después, la política se pierde entre los verdes campos en solitario para 'llorar' el cierre de una de las etapas más importantes de su vida.
La ex presidenta de la Comunidad de Madrid encuentra la paz en los campos de golf y está estrechamente vinculada a este deporte que también es negocio familiar. Su marido Fernando Ramírez de Haro fue vicepresidente segundo de la Real Federación Española de Golf hasta el pasado mes de enero, cuando pasó a presidir el exclusivo Real Club Puerta de Hierro, una entidad que no admite socios desde los años 80. Dos de los hermanos de Aguirre, Santiago y Rocío Aguirre Gil de Biedma, administran la empresa Madrid Golf, factura cerca de 300.000 euros al año.
El golf se convertirá ahora en una de las actividades más habituales en el día a día de la 'nueva' Esperanza Aguirre, una jubilada que podrá dedicar más tiempo a sus seis nietos, a los que adora. Además la política, que reside con su marido en pleno barrio de Malasaña comparte palacete con su suegra, Beatriz Valdés, marquesa de Casa Valdés, que está instalada en una de las plantas. Ambas son aficionadas al bridge y echan partidas a menudo, además de pasear por el barrio en compañía de Pecas, el perro de Aguirre.
Además, podrá pasar temporadas más largas en sus dos refugios: una casa en Sotogrande y otra en Pravia, Asturias.
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